La Organización Socialista Camino de la Libertad condena la continua agresión respaldada por los Estados Unidos contra Siria. El presidente Bashar al-Assad fue obligado a huir del país y ahora se encuentra exiliado en Moscú. Lo que está claro es que el gobierno sirio ha colapsado. Este ataque flagrante contra la soberanía siria es parte de un esfuerzo más amplio – por parte de los imperialistas occidentales, Israel y las fuerzas reaccionarias en la región – para derrotar al Eje de Resistencia, que lucha por la liberación de Palestina y para poner fin al control estadounidense en la región.
Siria ha sido un aliado firme de los pueblos del Líbano y Palestina, brindando apoyo político y militar. La pérdida de Siria como un estado soberano e independiente no solo afecta al pueblo sirio, sino que también debilita las fuerzas de resistencia contra Israel en esta región.
La desestabilización de Siria es otro paso hacia la expansión de la guerra en el Medio Oriente. Israel y los halcones en la administración entrante de Trump tienen claro que planean intensificar la hostilidad hacia Irán.
La historia muestra que la intervención de Estados Unidos hace más para retroceder a las naciones soberanas en el tiempo que para hacerlas avanzar. Estados Unidos llevó a cabo décadas de agresión contra el gobierno sirio, supuestamente en apoyo de la “democracia”, pero esto es una mentira, y una que ya se ha utilizado antes. En Libia, que en su día ostentaba el nivel de vida más alto de África, la intervención de los Estados Unidos/OTAN redujo el país al caos, deshaciendo décadas de desarrollo y progreso. Estas acciones sirven como sombríos recordatorios de lo que realmente implica la intervención imperialista.
Al mismo tiempo, Israel, que ya ocupaba Siria en la región de los Altos del Golán, continúa con sus intentos de anexar más de Siria, mientras expande asentamientos ilegales y arrebata tierras palestinas. Recientemente, Israel traspasó las fronteras de Siria por primera vez en 50 años. Este es un acto de agresión que deja en claro las ambiciones de Israel de expandirse y su papel como herramienta del imperialismo estadounidense en la región. Estas incursiones forman parte de una estrategia más amplia para debilitar y desestabilizar a Siria, mientras profundizan aún más la ocupación sionista.
Durante los últimos diez años, Estados Unidos ha bombardeado Siria en múltiples ocasiones y ha tenido tropas allí durante la mayor parte de este período. La agresión contra Siria ha adoptado otras formas – desde sanciones opresivas que perjudican a los sirios comunes hasta el suministro de armas y financiación a grupos antigubernamentales que consistentemente han sido revelados como proxies de los intereses de Estados Unidos y sus aliados. Los llamados “luchadores por la libertad” no traerán la liberación a Siria, sino más bien armas estadounidenses, masacres y devastación económica.
Rechazamos todo el apoyo de Estados Unidos a estas políticas expansionistas y condenamos los intentos continuos de Israel por arrebatar más tierras. El respaldo de Estados Unidos al apartheid israelí y a los asentamientos ilegales no solo viola el derecho internacional, sino que también perpetúa el sufrimiento de los palestinos, sirios y de la región en su conjunto. Las tropas estadounidenses y las fuerzas respaldadas por Estados Unidos no tienen ningún papel legítimo en Siria.
Exigimos la retirada inmediata de todas las tropas estadounidenses de Siria y el fin del apoyo de Estados Unidos a las fuerzas antigubernamentales.
Exigimos el fin de las sanciones contra Siria, que devastan a la gente común mientras avanzan los objetivos imperialistas de Estados Unidos.
Exigimos el fin de la ayuda militar estadounidense a Israel y condenamos sus asentamientos y anexiones ilegales, y su ocupación genocida de Palestina.
Condenamos a los responsables de la desestabilización del gobierno sirio y reafirmamos nuestra solidaridad con la resistencia palestina y sus aliados – Líbano, Irán, Yemen e Irak.