Por Freedom Road Socialist Organization
El movimiento anti-guerra y una coalición amplia de gente progresista están listos para protestar afuera de la convención nacional republicana el primero de septiembre en San Pablo, Minnesota. Los organizadores de la protesta esperan que más de 50,000 personas llenen las calles el primero de septiembre, día que también es celebrado como el día de los trabajadores. La gente que va a protestar enfrentará a los republicanos guerreristas, racistas y reaccionarios quienes hace sólo unos años se jactaron que los republicanos se mantendrían en el poder para siempre.
Los republicanos están desesperados para parar su caída, después de su gran derrota en la elección del congreso en noviembre 2006. Más recientemente los republicanos perdieron tres elecciones especiales, uno en Mississippi, otro en Louisiana, y otro puesto que antes era del ex-líder de la Casa de Representantes Dennis Hastert de Illinois. El pueblo estadounidense está frustrado con la guerra en Irak, está preocupado con la economía, y está enojado con la corrupción de la administración actual. Ya queda claro que la ocupación militar estadounidense de Irak va a la derrota y los republicanos van a caer junto con la ocupación.
En este contexto surge John McCain para recibir la corona republicana. McCain es el candidato de la guerra y la ocupación. El está empecinado en seguir con la agenda de Bush y está dedicado a la ocupación de Irak por “tal vez 100” años. “Estaría bien conmigo,” dijo McCain en un evento de campaña en enero 2008. Más recientemente McCain cambió su mensaje, presentando un plan para regresar las tropas a casa en 2013 – justo a tiempo para la próxima elección presidencial. Nosotros nos preguntamos a quien está intentando engañar McCain. El representa una continuación de la misma política de Bush – más guerra, represión, desigualdad y recortes de impuestos para los ricos. La misma política ya descartada. Y por cierto ¿han visto a McCain cuando está enojado?
El 4 de noviembre 2008, abogamos por un voto en contra de McCain. El escenario está listo para derrotar a los republicanos y rechazar su agenda reaccionaria de guerra, ataques contra los inmigrantes, ataques contra los derechos de las mujeres, la desigualdad racista, la discriminación en contra del pueblo gay y lesbiana, y la pobreza. Un voto en contra de McCain va a crear mejores condiciones para que los trabajadores y los pueblos oprimidos cambien la sociedad. Aún más importante, estamos abogando por un voto en contra de McCain porque la elección va a ser considerada en el ojo popular como un referendo a favor o en contra de la ocupación estadounidense de Irak. Cuatro años es demasiado para esperar, sin hablar de los cien años que habló McCain.
Barack Obama está en camino de ser el candidato del Partido Demócrata, el otro partido de los grandes negocios. Eso es a pesar de la campaña racista de demonización que hizo Hillary Clinton en contra de Obama y sus partidarios, por ejemplo los ataques distorsionados en contra del reverendo Wright y las ideas de la teología de liberación afro-americana, las falsas campañas de inscripción de voto designadas para confundir a los votantes afro-americanos y restringir su voto, y la proclamación racista de Hillary a favor de los “blancos americanos que son muy trabajadores.” (¡Dejando clara la implicación racista que los trabajadores que no son blancos son perezosos o no trabajan duro!)
Mientras la campaña de Hillary Clinton ha bajado de una manera que da pena, Barack Obama se ha levantado para contestar a los ataques y ha impulsado conversaciones buenas sobre temas difíciles e incómodos en cafés y cafeterías, y en las mesas de cena en casas en todo el país. Estados Unidos fue construido con la opresión nacional: el robo de tierra a los nativo-americanos, la labor robada a través de la esclavitud de los africanos, y la explotación de inmigrantes de Asia y Latinoamérica. La lucha en contra del racismo y a favor de la igualdad no es una lucha del pasado, sino que sigue hoy en día, como podemos ver en la lucha por los derechos de los inmigrantes, la lucha por la justicia para los sobrevivientes de Katrina, y la lucha para parar los ataques contra los árabe-americanos y los americanos musulmanes.
La realidad es clara, hasta cierto punto Obama se diferencia de Clinton en aspectos como la guerra en Irak, los acuerdos de libre comercio y el racismo. Él tiene un mensaje de esperanza con amplio respaldo. Es un hecho que Obama opera dentro de los límites de los demócratas y sus partidarios de las grandes empresas. Pero su elección crearía un mejor clima para el movimiento anti-guerra, el movimiento pro-inmigrante, el movimiento de trabajadores, y los movimientos de las nacionalidades oprimidas. Y sin importar quien este en la Casa Blanca, la cosa importante es que la gente progresista sigue activa, luchando a favor de la agenda que pone las necesidades del pueblo en primer lugar.
¡Digamos un ‘No’ a la guerra, el racismo, la discriminación y no a los reaccionarios!
¡Votemos en contra de McCain!