Israel está perpetrando una guerra criminal contra el Líbano. Ciegan, mutilan y matan al azar con dispositivos de comunicación explosivos. Bombas suministradas por los Estados Unidos están cayendo sobre apartamentos en Beirut y casas en todo el sur del Líbano, y sobre carreteras llenas de refugiados. Estas bombas están siendo lanzadas desde aviones que Israel recibió de los Estados Unidos. Por temor a que Israel se encuentre en problemas, la administración de Biden/Harris está enviando más material bélico y tropas a la región. Y el genocidio israelí en Palestina continúa.
Después de casi un año de genocidio en Gaza, la ocupación israelí no ha podido dominar la resistencia palestina. Sigue siendo una fuerza a tener en cuenta e Israel no ha logrado ninguno de sus objetivos militares. En la Cisjordania ocupada, donde hay una lucha armada en curso, el nivel de resistencia está aumentando en alcance y capacidad.
Cuando comenzó el genocidio, el grupo de resistencia libanés Hezbolá hizo lo correcto al actuar en solidaridad con Palestina. Ninguna persona seria puede dudar de que la resistencia libanesa está inmovilizando a muchas tropas israelíes que de otro modo estarían involucradas en el asesinato en masa que está ocurriendo en Gaza. Ahora Israel, con la ayuda de la administración de Biden, quiere cambiar la ecuación. Fracasarán. Es como dijo Mao: “Están levantando una piedra para dejarla caer sobre sus propios pies”.
Las fuerzas progresistas y patrióticas del Líbano, que demostraron un heroísmo y una tenacidad increíbles, derrotaron a Israel en 2006, cuando pusieron fin a la ocupación sionista del sur del país. Tienen la capacidad y la voluntad de propinar otra derrota a los israelíes. En todo Medio Oriente, las fuerzas de resistencia están uniendo sus fuerzas: está en marcha una batalla para poner fin al apartheid israelí y liberar a toda Palestina.
Ahora es el momento de apoyar a los pueblos del Líbano y Palestina. Habrá oscuridad antes del amanecer de la liberación, pero ese día llegará. Más pronto que tarde.
La victoria del Líbano en 2006 y la inundación de Al-Aqsa del 7 de octubre del año pasado en Palestina demostraron que el “superhombre” sionista es una ilusión, un tigre de papel, más débil que una telaraña. En las próximas semanas, tenemos que hacer todo lo posible por Palestina. Y por el Líbano. Al diablo con los políticos estadounidenses que apoyan el genocidio. Sí, es una prueba de fuego. Para el mundo en el que vivimos, Palestina es una cuestión de la dirección que tomamos. Hacia adelante o hacia atrás. Reacción o progreso.
¡Apoyemos la resistencia en Palestina!
¡Solidaridad con el Líbano!